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Una de las cosas que más “queman“ a los emprendedores cuando comienzan su negocio, es no ser capaz de atraer el tipo de cliente que les gustaría tener. En no pocas ocasiones, tiran la toalla por la incapacidad de lidiar con clientes malos. Vamos a ver algunos tipos de clientes “tóxicos”, y que puedes hacer en cada una de las situaciones que te puedan surgir.
Clientes tóxicos, cómo detectarlos y evitarlos para siempre

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Pero antes de nada...¿Qué es un cliente tóxico?
¿Cuáles son las consecuencias de tener clientes tóxicos?
- Dispondrás de menos tiempo para dedicarle a la captación de clientes y mejorar tus productos o servicios.
- Pueden perjudicar gravemente tu economía cuando no te pagan o cuando tu productividad se resienta, ya que al fin y al cabo tu tiempo cuesta dinero.
- Perderás un montón de energía y motivación, e incluso pueden hacerte pensar que no vales para emprender tu propio negocio.
- Y la peor consecuencia de todas desde mi punto de vista, es que puedes entrar en una dinámica de estrés y ansiedad que te haga enfermar o abandonar tu sueño.
¿Por que siempre me tocan a mí?
Te voy a decir algo que quizás no te guste y es que si atraes a clientes problemáticos como si fueras un imán, quizás el problema no esté tanto en tus clientes sino en ti. No obstante esta es una dinámica está en tus manos cambiar, eso sí, es necesario echar mano de autocrítica, voluntad y capacidad de autogestión para darle una vuelta de tuerca a la situación.
¿Qué tipo de clientes tóxicos son los más frecuentes, y qué puedo hacer si me topo con ellos?
1- El que te regatea el precio como si estuvieras en el mercadillo
2- El que piensa que tienes que estar disponible 24 / 7 y contestar de forma inmediata todas sus llamadas y mensajes
3- El que te pide mil cambios
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4- El que retrasa los plazos
5- Y la guinda del pastel...¡el cliente que no paga!
Algunos consejos finales…
- El feeling es muy importante. No desdeñes tu intuición a la hora de escoger a tus clientes. Si desde el principio tienes algún tipo de fricción, piensatelo dos veces antes de aceptarlo.
- Controla tu índice de desesperación, porque te puede llevar a tomar decisiones equivocadas. Si aceptas un cliente malo, porque en ese momento no los tienes mejores, te saldrá más a cuenta trabajar tu método de captación que aceptar un cliente con el que un “happy ending” es más que dudoso.
- Piérdele el miedo a la palabra NO y acostúmbrate a filtrar a tus clientes. No vas a ser más rentable y profesional por aceptar todo lo que toque a tu puerta. Más bien todo lo contrario. Yo todavía sigo rechazando proyectos que por la razón X, no van a ser adecuados ni para el cliente ni para mí, y más tarde puede ser posible que en momento más propicio para ambos si se puedan abordar. Un “no” a tiempo puede conseguir un “sí” a futuro que se materializará en una relación más fructífera.
- Comparte y el buen karma te lo devolverá
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